8.4.14

Clónicos


¿Qué es un clon? Como seguramente sabéis, un clon es una copia exacta de un ser vivo. Los relojes, aunque no sean seres vivos, también pueden tener "clones". Por supuesto cuando hablo de clones aquí no me refiero a relojes con diferente color exterior, ya que en este caso estamos hablando de versiones. Más bien me refiero a modelos de diferente fabricante que son idénticos entre sí. Esto, que no se solía dar antiguamente, en la actualidad es muy habitual, y son varias las razones. Tampoco se reduce a relojes digitales, sino a analógicos. De hecho, la mayoría de los analógicos que existen en el mercado son clónicos unos de otros, la diferencia respecto a los digitales es que los movimientos analógicos son más fáciles de enmascarar entre fabricantes distintos, haciendo que exteriormente parezca otro reloj.

En un modelo digital, sin embargo, es más difícil hacerlo, puesto que habría que cambiar la distribución de sus números, su disposición en el display, y su configuración general, que sería tanto como cambiar la electrónica del módulo entero, ante lo cual el reloj sí que ya no sería el mismo. Por eso un modelo digital que comparta módulo entre varios fabricantes es más fácil de identificar que un modelo analógico.



Pero vayamos a las razones que han llevado a que esto sea así. La primera tiene que ver con los costes y la competitividad. Hoy en día, fuera de las marcas de lujo ya establecidas, la mayoría de fabricantes tiene que competir en un mercado global muy duro, y con desventaja respecto a otros fabricantes que producen en masa con salarios de miseria en países como China. En los primeros años de la era de los relojes digitales esto no ocurría, y cada fabricante desarrollaba prácticamente de cero la ingeniería y el diseño de sus propios módulos. Eran, por lo tanto, manufacturas. De estos fabricantes de antaño ya quedan pocos. Podemos contar a algunos de ellos entre los más famosos, por ejemplo, Q&Q, Casio, Timex, Vestal y Nixon siguen siendo manufacturas. No obstante Casio no es manufactura en la gran mayoría de sus movimientos analógicos (aunque sí en sus digitales).

A día de hoy un enorme número de marcas compran sus movimientos (analógicos o digitales) a terceros, a firmas que los producen en masa y luego los comercializan al por mayor. Estas firmas en muchas ocasiones no solo venden los módulos, sino que en un gran número de casos también se dedican a fabricar el exterior del reloj (la caja, y el brazalete o la correa) y a remarcarlos luego con el logotipo de su cliente. Podemos hablar por lo tanto de marcas de distribución, pero no de producción (aunque algunas de ellas sean reticentes a admitirlo).


La necesidad de abaratar costes y de despreocuparse de toda la "problemática" de la fabricación de movimientos a hecho que cada vez mayor cantidad de firmas de relojería "subcontraten" sus modelos. De esta manera, la firma encarga determinado número de unidades en un determinado plazo y no se preocupa de nada más: ni de retrasos o incidencias en la producción, ni del pago de salarios, ni del mantenimiento de edificios ni máquinas. Como estas firmas productoras abastecen a su vez a varias marcas distribuidoras, pueden ofrecer precios mucho menores y mucho más atractivos que si los ofrecieran la firma distribuidora haciendose ella sola responsable de todos los gastos. En este durísimo contexto de competencia solamente se puede competir de dos formas: o teniendo una capacidad de producción y una estructura monstruosa, gigantesca (como es el caso de Casio o Citizen), o colocándose a un nivel superior al resto y vendiendo productos elitistas (como Suunto). Con esto se explica claramente por qué un Timex modelo Classic Digital (el más barato de Timex y que ofrece prácticamente lo mismo que un F-91W, como el T2N8039J) triplique en su precio el precio de venta que tiene su similar en Nowley, en Micro, o en la propia Casio.

Esto es así, y puede gustar o no, pero es el contexto en el que nos ha tocado vivir y con el que tenemos que lidiar. No obstante, todo ello tiene también su parte positiva. Una de ellas es que si te gusta determinado reloj pero no determinada marca, puedes adquirirlo idéntico con otra marca diferente. Otra es la posibilidad de poder comprar el mismo reloj que no tenga una marca, pero sí posea otra. Lo entenderéis mejor con un ejemplo: el Sector Street Expander (del que hablamos hace unos días en el blog de Zona Casio) no tiene versión desinvertida en esa marca. Si estuviéramos ante un producto de manufactura propio quien lo quisiera comprar tendría que aguantarse con su versión invertida, o quedarse sin él. Sin embargo, gracias a que no es un reloj de este tipo, podemos adquirirlo en versión desinvertida, e incluso en diferentes colores, si en lugar de comprarlo en Sector lo adquirimos a la marca Armitron, que lo tiene en su catálogo bajo la denominación de modelo 40/8298.


Esto ocurre muy habitualmente, y es fruto de la rivalidad de precios y de la necesidad de ahorrar costes y de poner en la calle relojes cada vez más asequibles.

Hay que reconocer que solo Casio y Q&Q son las únicas marcas que se atreven aún (y que son capaces) de lanzar modelos con movimientos propios, originales, y, además, renovando y actualizando sus líneas de forma habitual. Una gran mayoría de los otros fabricantes se han tenido que doblegar y tener que adquirir modelos producidos masivamente como marcas blancas, o -como ocurre con Timex, Nixon y demás- espaciar sus lanzamientos y solo sacar nuevos módulos muy de cuando en cuando.

Es, para los que prefieren los módulos y calibres originales, duro reconocer que esto sea así, pero no hay mucha mas alternativa si se quiere ser competitivo.





| Redacción: Relojes Digitales

1 comentario:

  1. Siento contradeciros pero, Q&Q, perteneciente al grupo Citizen, no es manufactura. Los mecanismos que utiliza son Miyota (marca del mismo grupo).

    Un ejemplo, opuesto, en otra marca: Orient, propiedad de Seiko Epson, sí es manufactura porque tiene sus propios movimientos.

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