19.5.14

¿Estarías una semana sin reloj?


Nuestra adicción (mas que afición) a los gadgets de última tecnología crea muchas veces una relación casi de esclavitud. Hay personas que viven desde que se levantan hasta que se acuestan "colgadas" de su smartphone, incluso lo usan en la cama, y hasta sueñan con él. Esta relación enfermiza es muy pocas veces reconocida, y a veces nos cuesta horrores darnos cuenta que no podemos vivir sin estos dispositivos.

La semana pasada me propuse un reto: dejar de usar el móvil durante toda la semana. El lunes, antes de salir de casa, y habiéndolo ya apagado el día anterior, metí el móvil en su funda y lo dejé en la mochila con la intención de no encenderlo hasta el sábado. Quería demostrarme a mí mismo que podía prescindir de él.




Cuando comentaba este reto con varias personas todas me decían lo mismo: "yo lo haría, pero lo necesito", "es que yo el móvil lo uso para mi trabajo", "es que ¿y si me llaman de una urgencia?". "Es que...", "es que..." y "es que..."... ¡Pamplinas! ¿Y entonces cuando no existía el teléfono móvil entonces qué hacíamos? Creo que a muchos les cuesta recordar que hubo una vez que no tenían móvil (porque no había), y mas pareciera que hubieran nacido con un móvil pegado al brazo que otra cosa. Y plantearles este tipo de retos es como si les pidieras que se arrancaran un brazo.

Sin embargo los expertos siguen alertándonos cada vez más de nuestra dependencia de la tecnología, y en especial de los móviles. La aparición de los smartphones ha hecho que ahora no solo llevemos con nosotros el celular, ni la cámara de fotos, ni el reproductor de música, sino ya llevamos el ordenador entero. Esto -que en sí mismo no es malo- hace que desarrollemos hacia los teléfonos móviles una dependencia brutal. Quítale a un chavalín su paga semanal, quítale su hora de televisión, incluso quítale su consola de videojuegos... Pero no le quites su teléfono móvil porque es ahí donde explotará y hará lo imposible por impedírtelo.

Por supuesto, si quieres estar un tiempo sin teléfono móvil, en el mundo tan interconectado de hoy tienes que planificarlo. No puedes hacerlo de la noche a la mañana, porque no debes ignorar que el uso masivo del móvil no es algo que solo te ocurre a ti, sino que a todos a tu alrededor les ocurre igual, empezando por tu propia familia y terminando por tus jefes y todo tipo de servicios básicos. Pero no te preocupes: hay gente -poca, pero hay- que vive sin teléfono móvil y no se ha muerto. Nadie se muere por prescindir de ese aparato.

Yo te recomendaría que si te vas a aplicar este reto (por simple curiosidad y por saber que puedes, como era mi caso, o por necesidad) lo primero que hagas sea desactivar el buzón de voz, para que cuando lo enciendas una semana (o quince días, o un mes, lo que hayas elegido) después no te acabe dando un ataque por el vendaval de mensajes sin escuchar. Deberías también avisar a la gente que se pone en contacto más habitual contigo, como tus familiares, amigos y jefes. Decirles que para contactarte usen el e-mail y no el móvil.


Por supuesto hay que tener un poco de lógica: dependiendo de algunos trabajos no podrás deshacerte del móvil. Si eres un médico de urgencias que pueden llamarte a cualquier hora del día, o un comercial con la sola conectividad de tu teléfono, o un transportista que necesita la movilidad (y agilidad) que dan los smartphones de hoy en día, volver "por ti mismo" a los setenta sin más puede tener catastróficos resultados para tu permanencia en la empresa (y para hacer tu trabajo). En estos casos lo mejor es que esperes a tener vacaciones y que las aproveches para esta "desintoxicación".

Yo reconozco que tuve un momento de "debilidad", y el jueves me dije: "voy a encenderlo, total, quién se va a enterar, y si fracaso o no en mi reto qué importa". Suele ser algo habitual, como cuando quieres dejar de fumar: las primeras horas (o los primeros días) más o menos lo llevas bien, porque tienes aún latente la fuerza de la resolución que te llevó a empezar ese reto. Pero a medida que pasan los días te encuentras con una cuesta que cada vez es más agotador subir. Lo mejor es que ni lo pienses, y ocupes tu mente en otra cosa, porque cuanto más te lo plantees más débil se volverá tu voluntad.

El sábado, finalmente, volví a rescatar mi teléfono de la mochila. Había pasado una semana, y en toda ella no había encendido el móvil ni una sola vez. He de decir que afortunadamente para mirar la hora uso mi reloj desde hace ya bastante tiempo, porque hace años usaba asiduamente el móvil, y seguro que si lo hubiese seguido haciendo hubiera echado el móvil más de menos. Así que acostumbrarse al reloj para ver la hora y no al móvil seguro que nos permitirá luego -y lo digo por experiencia propia- no depender tanto del smartphone. Claro que ahora se plantea la duda de si podría pasar sin reloj una semana. Lo último que recuerdo fue un día sin él porque me rompió la correa y lo eché realmente de menos. Estoy seguro que si me lo propusiera podría hacerlo, pero hoy por hoy -y aunque parezca ir contra corriente con lo que digo- prefiero quedarme sin móvil que sin reloj. Ir sin reloj supone no poder ver la hora, pero ¿y la paz que sientes al ir sin móvil, sin nadie que te llame, sabiendo que no tienes que apagarlo y encenderlo dependiendo de los sitios a los que vayas, y sin tener que mirar con temor el estado de su batería para ver si aún te queda carga? ¡Oh, eso es incomparable!

| Redacción: Relojes Digitales

2 comentarios:

  1. Uso el teléfono para trabajar, pero reconozco que el fin de semana hay día que ni siquiera llego a conectarlo, y es realmente un descanso.

    En cambio del reloj no puedo pasar. Y tengo conocidos que les pasa como a mi con el móvil, se relajan sin reloj el fin de semana, sin saber la hora que es y sin prisas... Aunque ahora que lo decís, ellos llevan móvil, así que tal vez lo usen para mirar la hora también :-)

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  2. La mayoría de la gente usa el móvil, además de para uso personal, para su trabajo, y el reloj es sólo para uso personal. En mi caso es al revés.
    Como ya dije en Zona Casio yo uso el reloj, además, para mi trabajo, ya que lo necesito para contar las pulsaciones/minuto cuando tomo la tensión, pero por supuesto las mayores satisfacciones que me da el reloj son personales.
    Por eso ¡No!, no estaría ni un sólo día sin mi reloj, en cambio sí que estaría una semana sin móvil (suelo estar localizado en un fijo), para mí no sería nada traumático.
    Muy sincesarmente, me satisface mucho más el reloj que el móvil.

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