Cada vez se están haciendo más populares los relojes de entrenamiento tipo banda, y quien nos iba a decir que los principales actores de este tipo de tecnología no iban a ser los clásicos fabricantes de relojes tecnológicos, como Casio, Citizen o Seiko, sino que marcas totalmente inéditas no hace mucho tiempo en el mundo de la relojería, como TomTom, Nike o la que nos ocupa ahora, Garmin, son las que están llevando la voz cantante en este segmento.
Garmin intenta aprender de los errores de sus competidores con su producto Vivofit, gracias a ello ha logrado realizar uno de los modelos "trackers" mejores del momento. La verdad es que este tipo de producto está trayendo tal maremágnum de palabras (como en su día lo hiciera la tecnología móvil), que es bastante difícil intentar traer los términos que tan bien resultan en inglés a otros idiomas, como el español en este caso. Lo digo porque la definición de "wearables", que tan bien les queda a este tipo de dispositivos pierde todo su sentido si se la traduce. Por eso para definirlos prefiero usar los términos de "relojes de aventura" o "relojes de entrenamiento", términos bastante más comprensibles por todo el mundo.
Los Vivofit huyen de ese estilo de reloj de ciencia-ficción de sus competidores, presentando un aspecto mucho más discreto y cambiando la espectacularidad por la facilidad de uso y la practicidad. Pero aún así en su interior esconde tanta tecnología como para no envidiar a nadie, incluyendo Bluetooth, o conectividad USB con un PC usando la aplicación Garmin Connect con la que podemos sincronizar información, seguir detalladamente nuestro ritmo de entrenamiento y obtener infografías y volcados de datos con gráficas diarias, mensuales y objetivos conseguidos.
Posee un podómetro que nos facilita lecturas de distancia recorrida en kilómetros, calorías quemadas y un monitor también de sueño y descanso. Este tipo de funciones están presentes en todos los relojes de este tipo que se venden hoy en día, pero en los Vivofit destaca especialmente por su alto nivel de precisión, capaz de detectar la diferencia entre los movimientos involuntarios y los movimientos de ejercicio. Además, el Garmin Vivofit también puede hacer funciones de pulsómetro, aunque en este caso requiere la compra del Garmin Heart Rate Monitor.
Su LCD, de gran calidad, mide 25,5 x 10 mm, es en todos los modelos de tipo invertido, pero con el suficiente contraste (los fabricantes de este tipo de aparatos no se preocupan de consumos ni de autonomía, por lo general) para resultar legible. O al menos esa es la intención. El Garmin Vivofit cuesta alrededor de los 100 €, que para todo lo que ofrece no está nada mal. Eso sí, recuerda su principal razón de ser: una banda de entrenamiento. No le pidas mucho más.
| Redacción: Relojes Digitales
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